Moje, contorno, muertos, y los nombres y medidas mismas de la cocina para poder hacer las recetas correctamente… al igual que me sucedió cuando estudié diseño, ahora otra vez aprendo un nuevo idioma para poder comunicarme correctamente con cocineros, meseros y ayudantes en general.
Todo un idioma el de la cocina, sin embargo esto es normal como con cualquier otra profesión u oficio… el problema acá radica en los nombre mismos de los platillos… penne, putanesca, calzones, al burro... en fin… que es demasiado fácil alburear a un cliente y sin quererlo… como ayer que un cliente pidió uno de los combos que servimos en el Il Brigante, y amablemente le pregunte:”¿Quieres que ya te saque tus calzones o me espero otro poco?”, o como las niñas de secundaria que pasan a diario y que al leer nuestro menú invariablemente se ríen al ver que la pasta del día es “penne”.
También otro día me urgía una pasta para una mesa que lleva mucha prisa y corriendo se la canté al cocinero: “Juan, la pasta de la mesa 4. Apúrate con el pesto” y mi cocinero que escuchaba música a todo volumen se volteó molesto para decirme “el puré no apesta”, en fin.. que el idioma es una barrera que comenzamos a superar entre comandas y tiempos para servir nuestros platillos.
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