Wednesday, October 20, 2010

Día de muertos


El día de muertos o día de los santos difuntos, es el día en que los mexicanos recordamos a nuestros muertos y ellos vienen a acompañarnos desde el más allá para estar un día al año con la gente que los quiere y que no los olvida.

El festejo casi empieza a principios de octubre y su culminación es el día 2 de noviembre, día en que los muertos tienen derecho a venir a visitar a sus vivos, aunque el primero de noviembre llegan a visitarnos los muertos niños.

Esta costumbre tiene sus orígenes en la época prehispánica y con la llegada de la religión católica, solo se transformó en un sincretismo en el que el rito indio se complementa con la liturgia católica. Actualmente la fiesta sigue evolucionando y cambiando, por lo que ahora se complementa con la tradición anglosajona de Halloween, dando lugar a una fiesta donde conviven catrinas, calabazas, gatos negros, murciélagos y obviamente los muertos festivos llenos de alegría y sentido ritual.

Una de las partes más importantes de este festejo es el altar, ya que este señala el lugar a donde los muertos deben llegar a ser recordados, también sirve como ofrenda, ya que el camino desde el Mictlan o más allá es muy largo, por lo tanto en el altar se ofrece la comida y bebida favorita de los muertos que llegarán a él para que se refresquen y descansen el camino andado.

En el altar se ofrecen dulces, fruta, agua, cigarros, mezcal, pulque, refrescos, se colocan adornos, papel picado, aserrín pintado y flores de cempaxuchitl, la flor de los muertos, se enmarcan fotos de los muertos, se quema copal o incienso, y casi siempre el festejo termina en fiesta donde los vivos conviven bajo el recuerdo de quienes se han adelantado en el camino.

La comida es una parte crucial de este festejo y hay platillos tradicionales para festejar este día como el pan de muerto, las calaveras de dulce o la calabaza en tacha.

Así que como parte del festejo y si se animan les dejamos la

Receta para hacer pan de muerto.

ingredientes

2 tazas de harina de trigo (500 g)
4 tazas de agua hervida
1 ¼ tazas de azúcar (300 g)
125 g, puede sustituirse por mantequilla
1/3 taza de manteca vegetal ( 100 g, puede sustituirse por manteca de cerdo)
3 huevos enteros
7 yemas de huevo
1 sobre de té de azahar
4 cucharadas cafeteras de anís entero
3 cucharadas soperas adicionales de manteca vegetal
20 gr de levadura (dos sobrecitos, se consigue en supermercados)
1 cucharada sopera de raspadura de naranja
¼ de cucharada cafetera de sal


modo de preparación

En el recipiente de plástico se deshace la levadura con 8 cucharadas de agua tibia y se le agrega la harina necesaria para formar una pasta (15 cucharadas soperas, aproximadamente). Se hace una bola y se deja fermentar cerca del calor hasta que doble su volúmen.

Se pone a hervir una taza de agua con el anís durante 5 minutos y se cuela.

Se pone a hervir una taza de agua con el azahar durante 5 minutos y se cuela.

Se pasa la harina por el colador. Aparte una cucharada sopera. El resto se coloca sobre la tabla y se le hace un hueco al centro (una fuente). Allí se ponen la sal, 15 cucharadas de azúcar, 2 huevos, las 7 yemas, 3 cucharadas de té de azahar, 2 cucharadas de té de anís, la raspadura de naranja, los 100 g de manteca y la mantequilla. Se incorporan perfectamente los ingredientes con las manos, tomando la masa de los extremos y llevándola al centro. (Esta operación se efectúa con los dedos a manera de masaje). Cuando todo ha sido perfectamente incorporado (aproximadamente 40 minutos) se añade la levadura ya fermentada y se sigue amasando. Se forma una bola alargada, se toma uno de los extremos y el otro se azota sobre la tabla como si fuera martillo. El extremo que se azotó se junta con el que se tiene en la mano y se vuelve a azotar, así unas cuatro veces. Se continúa amasando y golpeando hasta que se le formen burbujas, la masa se sienta plástica y se despegue fácilmente de la tabla (aproximadamente otros 20 minutos).

Se forma una bola, se unta de manteca vegetal y se coloca dentro de una cacerola, cubriendo con un trapo limpio y húmedo. Se coloca en un lugar tibio hasta que dobla su volúmen, aproximadamente 4 ½ horas. Puede colocarse al sol o sobre la estufa apagada.

Transcurrido este tiempo se vuelve a amasar ligeramente, se hace una bola alargada y se coloca sobre la charola engrasada con manteca vegetal. Aparte 2 tazas de masa, aproximadamente, para formar los huesitos y la bolita de arriba.

Los huesitos se forman alargando una bolita de la misma masa con los dedos, a modo de formar un rollito (con las manos empalmadas). Cuando se ha hecho el rollito se abren los dedos y se sigue con el mismo movimiento de manos, presionando el rollito con los dedos empalmados. Es recomendable hacer por lo menos 8 huesitos. Éstos se pegan con huevo sobre la superficie de la bola, del centro hacia los extremos (dejándo espacio al centro para una bolita de arriba). Se forma una bolita con la masa que sobra de hacer los huesitos. El pan de muerto ya formado se deja esponjar y también , aparte, la bolita de arriba.

Cuando doblan su volumen, la bolita se pega con huevo en la parte de arriba del pan de muerto.

Se hornea durante 15 min. a una temperatura de 200 ºC; posteriormente se reduce a 170 ºC. Se hornea hasta tener una cocción total ( aproximadamente 20 min más).

Se desbarata 1 cucharada de harina y una de azúcar en 2 tazas de agua y se pone al fuego. Se está moviendo continuamente y cuando tiene consistencia espesa se retira. Se sigue moviendo y se deja enfriar ligeramente.

Se saca el pan del horno y se deja enfriar. Ya frío se le unta con la brocha la mezcla de azúcar y agua del paso anterior. Se espolvorea con 10 cucharadas soperas de azúcar y a los cinco minutos, se espolvorea con el azúcar restante.

¡Listo, a comerlo con un buen chocolate caliente y una buena compañía!

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